miércoles, 23 de marzo de 2011

Ante un nuevo aniversario del golpe de 1976

El 24 de marzo se cumple un nuevo aniversario -el 35º en este caso- del golpe militar que abrió el camino a una de las etapas más trágicas de la historia argentina: el autodenominado Proceso de  Reorganización Nacional.
     Lamentablemente -y al igual que viene sucediendo en los últimos años- las circunstancias en que se produce esta nueva recordación no son las más propicias para el análisis sereno que la fecha merece, algo en lo cual el régimen kirchnerista tiene la principal responsabilidad.
       Es que por una parte el kirchnerismo ha banalizado esta fecha convirtiéndola en una simple excusa para un fin de semana largo con propósitos turísticos (y así demostrar la supuesta bonanza económica que vivirían los argentinos) y  por otra su manifiesta intolerancia impide un análisis sereno y reflexivo acerca de ese drama..
         Peor aun es que el difunto ex Presidente y su esposa (que sentaron las bases de su colosal fortuna a la sombra de aquellos genocidas) hayan pretendido erigirse en los únicos campeones de los derechos humanos ignorando todo lo hecho anteriormente (el juicio a las Juntas, por ejemplo) cuando el poder de fuego de los militares se encontraba intacto, como lo demostraron en sucesivos levantamientos.
         El del 24 de marzo de 1976 no fue un golpe más, su objetivo fue disciplinar a la sociedad argentina para imponer políticas económicas inaplicables en otras circunstancias. Para concretarlo no repararon en medios ni en la sangre a derramar. Pero también es cierto que para ello contaron con factores propicios, entre otros un gobierno a la deriva y acosado por luchas intestinas, más la soberbia de grupos armados (Montoneros básicamente) convencidos de su rol de “vanguardia popular”.
           Treinta años después, al dolor por el recuerdo de aquella tragedia se suma la preocupación ante ciertos hechos ocurridos en las entrañas del Gobierno, hechos que parecen reeditar y remitirnos a aquellos tiempos de violencia y delirio. Quiera la sensatez del pueblo argentino que ello no suceda.

                                                        Centro Socialista de Arrecifes
                                                                        

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